🦇 5 películas para cuando el amor no sale como en las pelis
El amor no acaba con un The End

Hola Batcuever,
El pasado lunes cumplimos 4 años de esta aventura.
Mucho he hablado ya sobre cómo empezamos, cómo creo que hemos ido cambiando en estos años y, sobre todo, las mil cosas que aún nos quedan por hacer.
Algo que este año ha sido un reto para Víctor y para mí ha sido hacer directos en vivo. No es nuevo para nosotros, llevamos ya varios años haciéndolo, pero nunca lo habíamos “consolidado” tanto como ahora.
Y la verdad… es quizás lo más bonito que nos ha regalado este canal. A menudo sientes que eres tú delante de una pantalla y detrás solo hay una marabunta de nombres y comentarios. Poder conoceros en persona, que nos contéis qué pelis os molan, qué curiosidades hemos olvidado comentar o los kilómetros que os habéis echado para vernos…
Eso es el mejor regalo que nos habéis hecho.
Espero que sigamos coincidiendo en salas y bares mucho tiempo más.
Y si quieres saber dónde estaremos próximamente, aquí te lo dejo:
26 de Abril, 19:00h - Palacio de la Prensa (Madrid) - Jumanji
30 de Mayo, 19:30h - Cines Filmax Gran Vía (Barcelona) - Ready Player One
Pero seguramente tú has venido por las recomendaciones, ¿no?
Y justo esta vez me apetecía hablar de algo que también forma parte del cine, aunque no siempre lo mostremos: el final de una historia de amor. O mejor dicho, lo que viene después.
Siempre he sido muy peliculero. Y claro, eso tiene una parte bonita, porque te crees que el amor es como en las pelis: una gran historia, llena de momentos intensos, obstáculos que se superan y finales con fuegos artificiales.
Pero la vida no es así. O no siempre. La mayoría de las veces, las relaciones no acaban con un beso bajo la lluvia y un fundido a negro. Más bien empiezan ahí. Y luego vienen los días normales, las discusiones absurdas, las dudas, el desgaste. Y a veces, también, el final.
Durante años, me creí todo lo que me contaron las pelis románticas. Que si luchas lo suficiente, el amor siempre gana. Que si es para ti, volverá. Que lo importante es encontrar a “la persona”. Spoiler: nada de eso es tan simple.
Pero también hay películas que no te venden cuentos de hadas. Pelis que entienden el duelo, el después, el vacío raro que queda cuando se acaba algo importante. Y esas, en ciertos momentos, me han acompañado también.
Así que hoy no vengo a hablar del amor romántico, sino de lo que viene después. Aquí van cinco películas que, de una forma u otra, saben lo que es pasar página.
Y si crees que estas recomendaciones podrían interesarle a alguien, nos harías un gran favor compartiendo esta publicación.
La boda de mi mejor amigo
Hay películas que son capaces de curar un corazón roto, que te acogen en un cálido abrazo y logran arrancarte una sonrisa, mientras te muestran que, por mucho que duela, la vida sigue y los amigos te apoyarán. Para mí, La boda de mi mejor amigo es esa película: perfecta en su ejecución, una comedia romántica con un guion muy inteligente, un casting insuperable, trazos sutiles de musical y momentos muy divertidos.
Julia Roberts interpreta a Julianne, una mujer que se da cuenta de que está enamorada de su mejor amigo… justo cuando él anuncia que se va a casar con otra. Lo interesante es que la historia no sigue la fórmula habitual del género, no hay un amor imposible que triunfa contra todo pronóstico. En esta historia hay celos, egoísmo y una protagonista que se comporta como la villana. Y eso la hace fascinante.
Uno de los mayores aciertos de la película es su final. En vez de forzar un desenlace de cuento de hadas, nos regala una lección de madurez. Porque, seamos sinceros, hay amores que simplemente no están destinados a ser, y aprender a soltarlos es parte de la vida.
El momento I Say a Little Prayer, la química entre Julia Roberts y Rupert Everett, y ese último baile que nos recuerda que la amistad, a veces, es la mejor historia de amor.
Puedes verla en PrimeVideo y en AppleTV+
La La Land
Soy de esos cabezotas que, cuando todo el mundo eleva una película al Olimpo de las más grandes jamás hechas, le coge manía automática. Con La La Land me pasó exactamente eso. La tele, la radio, los artículos en internet… Hasta el peluquero que nunca ve cine te la recomendaba como si fuera un hallazgo divino. Así que hice lo que suelo hacer en estos casos: evitarla.
Pero la vida tenía otros planes. Concretamente, mi pareja de entonces, que zanjó la discusión con un tajante "Vamos a verla y te callas". Y vaya si me callé. No por obligación, sino porque los primeros cinco minutos me dejaron sin palabras. Ese título flotando en el cielo de Hollywood, el impresionante plano secuencia en la autopista, la música… Era una declaración de amor al cine que me ganó al instante.
La película de Damien Chazelle no solo revive el musical, sino que lo hace con un respeto absoluto por sus raíces. Desde Un americano en París hasta Cantando bajo la lluvia, las referencias están por todas partes. El baile en la colina recuerda a Melodías de Broadway 1955, el número en el observatorio tiene ecos del Dream Ballet de Oklahoma!, y la química entre Emma Stone y Ryan Gosling calca la magia de Fred Astaire y Ginger Rogers. Pero no es solo un homenaje. La La Land tiene su propia voz, su propia narrativa.
Algunos la ven como un refrito, un collage de influencias sin demasiada originalidad. Para mí, es un homenaje hecho con conocimiento y pasión, que no se limita a reciclar, sino que aporta su propia visión. Prefiero mil veces esto a un remake insípido que solo busca actualizar clásicos sin entender qué los hizo especiales.
Y claro, también está su final. Ese epílogo que duele, que emociona, que une todo lo que la película ha querido decir. Eso es puro cine, joder.
La tienes en SkyShowTime y en AppleTV+
Buena suerte, Leo Grande
Esta es una película de diálogos y una sola localización, pero que eso no te asuste, está muy bien llevada.
Una mujer de 60 años contrata a un joven escort para vivir una experiencia que nunca tuvo en su matrimonio. Pero tampoco pienses que vas a ver un Instinto Básico o Nueve semanas y media. Esta no es una película sobre sexo, sino sobre personajes y su autodescubrimiento, sobre la autoestima y muchas capas de deseos, prejuicios y culpa que acumulamos con los años.
Emma Thompson está absolutamente espectacular. Que también te digo... ¿Cuándo no?. Su interpretación mezcla inocencia, humor, honestidad y roza lo doloroso en algunos momentos que te hace contener las lágrimas. Teje un personaje muy interesante, lleno de contradicciones, víctima de una sociedad y educación conservadora, pero con la determinación y el deseo de sentirse libre por primera vez en su vida. Y ahí entra Leo Grande, interpretado por Daryl McCormack, el cuál no he visto en nada más y me ha sorprendido el carisma que tiene. Su personaje no es solo un acompañante, es casi un psicólogo que la invita a romper todo lo que siempre ha creído que era un tabú, llevando a normalizarlo para ella.
Como decía es una película que se desarrolla casi en una habitación de hotel, lo que le da un aire teatral, pero nunca sientes que sea estática. La cámara juega muy bien con el pequeño espacio y el guion sabe mostrar cada poco tiempo una nueva revelación, haciendo que sin darte cuenta la hayas visto entera y no te haya aburrido.
Cuando llega el final, te deja con una sensación extraña: no hay un gran clímax ni un cierre convencional, pero hay un mensaje de avanzar que te da muy buen rollo. Y eso, a veces, es más impactante que cualquier giro de guion.
La tienes en AppleTV+
Por cierto.
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Aftersun
Esta película no es para todo el mundo, pero si logras entrar, si llegas a conectar, te acompañará siempre.
Aftersun me atrapó desde el primer momento. Sin embargo, al terminar, no podía dejar de pensar en que, realmente, no habían pasado muchas cosas. Pero había algo en mí que no estaba bien, una sensación de tristeza que me rondaba. Y al cabo de un rato ¡BUUM! lo entendí todo. Estaba ahí delante de mí todo el rato pero yo no lo estaba viendo. La película habla de temas como la depresión, pero lo hace de una forma tan sutil, tan delicada, que lo muestra casi sin darte cuenta. Es como intentar averiguar si alguien está mal, cuando esa persona insiste en mostrarte su mejor cara.
Charlotte Wells consigue construir un relato donde lo cotidiano esconde la crudeza. Esa relación entre un padre muy joven y su hija está llena de gestos pequeños pero muy reveladores. Cada sonrisa del padre, cada pausa, cada mirada perdida te hace preguntarte qué está pasando realmente detrás de esa fachada. Y Paul Mescal está genial haciendo eso. Vaya actorazo. Logra con una interpretación contenida, llevarte de la mano a un terreno donde el cariño y el dolor conviven en silencio. Las personas que hemos sufrido ansiedad, ataques de pánico o depresión, entendemos muy bien esos cambios de humor o cómo mostramos nuestra mejor cara, estando rotos por dentro.
Uno de mis cantantes favoritos es David Bowie y, vaya tela como se usa aquí su mítico Under Pressure, te destroza. Ese tema de Bowie y Freddy Mercury, que suele ser tan poderoso, se transforma en un clímax que te desgarra, con una energía que ya no sabes si es positiva o negativa. Cómo cojones logra hacer eso esta directora? No entiendo nada.
Aftersun no te da respuestas. Más bien, te deja con preguntas y una sensación de vacío que sigue contigo. Porque no va solo de lo que pasa en esas vacaciones, sino de lo que queda después, en los recuerdos, en las dudas, en las emociones que nunca llegan a explicarse del todo. Es una película que no se olvida, que se queda ahí.
Yo tengo mis teorías, las cuáles importan poco o nada. No va a arrojar luz a esta película y, menos aún, desvelar algo tan importante como para hacer un vídeo de "Sabías que...", pero si quieres que un día hablemos de esta película con una cerveza, te lo cuento encantado.
Interestelar
Hay películas que te marcan y se quedan contigo para siempre. La primera vez que vi esta película, recuerdo ir al estreno con mi novia de entonces. Ambos cinéfilos empedernidos, éramos fans de Christopher Nolan y nos encantaba todo lo que hacía: cómo jugaba con el tiempo, con los sueños, cómo nos hacía soñar y pensar. Cine sesudo, lo han llegado a llamar muchos.
Con el primer tráiler de Interstellar, la verdad es que no podías adivinar nada sobre la película. Se rumoreaba que iba de viajes en el tiempo, algo que a mí siempre me ha encantado, pero no se desvelaba nada más. Ese misterio que envolvía las producciones de Nolan era puro cine. El tráiler solo mostraba a un Matthew McConaughey conduciendo, llorando, dejando atrás su hogar, mientras escuchamos una cuenta atrás para el lanzamiento de un cohete espacial. Magistral, y sin desvelar su argumento, sino el corazón de la película: el amor.
Porque sí, esta película tiene viajes en el tiempo, viajes espaciales, agujeros de gusano y un final arriesgado —de hecho, esa fue mi definición del final al salir del cine: “no gustará a todo el mundo”, pensé—. Pero más allá de eso, lo que sostiene la película, lo que le da alma, es el amor. La relación entre un padre y su hija. Un padre que quiere salvarla. Y una hija que quiere que su padre vuelva a casa.
Todo lo que hay alrededor es una montaña rusa de emociones. Puede que alguien la vea como una aventura espacial más. Unos astronautas viajando a otros planetas, física cuántica y todo eso. Pero el poso que deja esta película es porque vas con esos personajes, con sus sentimientos, con su reencuentro. Lo estás pasando mal por ellos y estás llorando tanto como ellos. Porque madre mía, qué lloros me he echado con esta película.
Aquella primera vez creo que tuve un nudo en la garganta, pero no recuerdo haber llorado. Sí recuerdo salir del cine pensando: “me han follado la mente”. No por la complejidad de la trama, qué va, la entendí y me gustó. Pero salí exhausto. Tantas emociones sufridas en tan poco tiempo, y con esa música penetrante del gran Hans Zimmer… necesité unos minutos para que mi cabeza volviese a la realidad.
Años después estuve saliendo con otra chica, cinéfila también, pero con gustos muy diferentes. La vio conmigo porque se la puse y yo estaba intentando verla a través de sus ojos. ¿Sabes cuando le pones a alguien una peli y estás deseando que la disfrute como tú, y te giras a ver si siente lo que tú sentiste? Bueno, con ella no pasó. No le gustó nada. Con los años aprendí a aceptar que simplemente cada uno buscamos cosas distintas en el cine.
Más adelante salí con otra chica y esa fue una de las primeras preguntas que le hice: si le gustaba Interstellar. Me dijo que sí y creo que, de la emoción, la besé en mitad de la calle. Soy un poco peliculero, siempre lo he sido.
La cuestión de toda esta chapa que estoy contando es que esta semana, he necesitado ver esta película de nuevo. Para llorar con ella. Para dejar algo atrás, como bien explican en la película con la tercera ley de Newton. Quizás no lloré en el cine aquella vez. He llorado mucho con esta película, pero esta última creo que no he parado. El cine te marca y te acompaña. Para mí, esta película me ha acompañado mucho. Y esta vez necesitaba llorar. Pero quería hacerlo por algo bonito.
He compartido esta película con muchas personas pero ahora la he necesitado solo para mí. Y creo que por fin entendí por qué me dolía tanto.
La tienes en AppleTV+
Estas son las pelis que me han acompañado en ciertos momentos. Si tú tienes alguna que te haya ayudado a pasar página, me encantaría leerte.
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Noo! Jumanji nooo! Que ese finde curro y no puedo ir, putoos 😭 *cries in spanish* jajajaja no pasa nada, ya coincidiremos algún día. ¡Enhorabuena por el aniversario de la Batcueva! Buenas recomendaciones 👏🏻